Elisabeth Hellenbroich
La serie de acontecimientos extraordinarios que recientemente han tenido lugar en Roma ha preparado el terreno para superar más de mil años de cisma entre Oriente y Occidente. El carácter de los acontecimientos brinda la esperanza de que en un futuro no muy distante pueda realizarse una reunión entre el Papa Benedicto XVI y el Patriarca Kiryll I de Moscú y de toda Rusia.
En el transcurso de los "Días de cultura y espiritualidad rusa," organizados por el Consejo Pontificio para la Unidad Cristiana, por el Consejo Pontificio para la Cultura y por el Patriarcado de Moscú, tuvieron lugar diferentes actos en el Vaticano que acercaron a representantes de la más alta jerarquía del Vaticano y de la Iglesia Ortodoxa rusa. Estos actos concluyeron con un concierto que se realizó el 20 de mayo en la sala de audiencias Paulo VI. El concierto fue organizado por el Patriarca de Moscú, Kirill I, en honor del quinto año de pontificado del Papa Benedicto XVI así como presente por el cumpleaños del pontífice.
Entre esos actos, entre los que hay que incluir la presentación del libro del Patriarca Kirill I en italiano, realizada el 14 de mayo, son una clara señal de que se ha iniciado una nueva era de relaciones entre el Vaticano y la Iglesia Ortodoxa rusa. En tiempos de profunda crisis económica y moral, las dos Iglesias están forjando una alianza cultural para intervenir como una fuerza moral visible en este mundo en crisis y hacerse escuchar también en la generación joven.
Con ocasión del concierto, el Patriarca Ortodoxo Ruso y de toda Rusia envió un mensaje personal a Benedicto XVI. El mensaje los leyó en italiano a los asistentes un representante especial del Patriarcado de Moscú, el Arzobispo Hilarión, director del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú.
El patriarca recalcó que esta era la primera vez que tres grupos excepcionales -la Orquesta Nacional Rusa, el Coro Sinodal de Moscú y los Cornos de la Capilla de San Petersburgo- se unían para interpretar obras de los grandes compositores rusos. Señaló que el concierto tenía una "gran importancia en la historia de intercambio cultural de las dos Iglesias." "La música, dijo, es un lenguaje particular que nos da la posibilidad de comunicarnos con nuestros corazones. La música es capaz de trasmitir los sentimientos del espíritu humano y los estados espirituales que las palabras no pueden describir." Para comprender a un pueblo es preciso escuchar su música. Esto es tanto para la música litúrgica rusa así como para la música de los grandes compositores rusos.
Recordó al público que durante el comunismo en Rusia, tiempos en los que la Iglesia fue perseguida, "cuando la mayoría de la población no tenía acceso a la música sacra, esas obras de arte musical, junto con las obras maestras de la literatura rusa y las obras maestras de arte figurativo, contribuyeron a la proclamación evangélica, proponiendo al mundo secular ideales de gran profundidad moral y espiritual."
En el concierto, dirigido por el director italiano Carlo Ponti, hijo de la actriz Sofía Loren, se interpretaron obras de Chaikovsky, Rachmaninov, Rimsky-Korsakov y Mussorgsky. Un momento del concierto que causó gran emoción fue la interpretación de la composición del Arzobispo Hilarión, quien tuvo formación de músico y compositor. Fue la "Canción de la Ascensión," sinfonía para coros y orquesta. Hilarión, influenciado por Juan Sebastián Bach en la elaboración de su obra La pasión según San Mateo, fue calificado por el Papa Benedicto XVI como un hombre "cuya música es capaz de construir un puente entre Oriente y Occidente, así como entre la tradición y la modernidad."
El Papa expresó su esperanza de que el compromiso para el progreso se la paz y de la armonía entre los pueblos de Oriente y Occidente "nos una cada vez más y nos haga crecer en armonía de intenciones y actos."
Al respecto del concierto, el Papa señaló "las formas excepcionales y profundas" en las que la música rusa de ayer y hoy se presentó. Indicó que la música clásica tradicional rusa con frecuencia emplea elementos litúrgicos; pero lo mismo sucede con la música litúrgica moderna de Hilarión. Aquí recalcó que hay "diálogo, la sinergia entre Oriente y Occidente, así como entre tradición y modernidad." En referencia a su amado predecesor, el Papa Juan Pablo II -en particular su encíclica "Ut unum sint", el Papa Benedicto XVI subrayó que este tenía una visión unitaria y armónica similar de Europa cuando presentó la imagen de los "dos pulmones" con los que Europa tenía que respirar de nuevo. "Tenía la esperanza de que habría un conocimiento renovado de las profundas y comunes raíces culturales y religiosas del continente europeo, sin las cuales la Europa de hoy estaría privada de alma."
El Papa advirtió que la Europa de hoy está en peligro de perder su extraordinario patrimonio cultural nutrido e inspirado por la fe Cristiana, que es la raíz de la cultura europea. En particular en tiempos de secularización creciente, el ataque a la dignidad del hombre y el creciente egoísmo de la sociedad sería esencial que Oriente y Occidente reflejasen esas raíces comunes. "Dejemos que Europa respire de nuevo con sus dos pulmones, demos de nuevo un alma no sólo a los creyentes, sino a todas las personas del continente."
"Días de Cultura y Espiritualidad Rusas"
En el marco de "Días de Cultura y Espiritualidad Rusas" se llevó a cabo un simposio con el título "Ortodoxos y católicos de Europa hoy: Las raíces cristiana y la herencia cultural común de Oriente y Occidente," el cual es una muestra de que la alianza ecuménica entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Rusa está mejorando. Participaron en el simposio el Cardenal Kasper y el director del Consejo Pontificio de Cultura, Monseñor Ravasi, quienes conversaron con representantes rusos como el Arzobispo Hilarión, el director de cine ruso Lungin, así como con otros representantes de Moscú.
Antes del simposio, el primero de su tipo que tiene lugar en el Vaticano, el Arzobispo Hilarión visitó varias ciudades italianas, entre ellas Rávena, Bolonia y Milán, donde el 14 de mayo asistió a la presentación del libro del Patriarca Kirill I de Moscú en la universidad milanesa del Sagrado Corazón. El libro, presentado por el Cardenal Tettamanzi, se titula "Liberta y responsabilita alla ricerca dell'armonía (Libertad y responsabilidad en la búsqueda de la armonía), publicado por la Casa Editorial Vaticana y responde a la publicación por parte del Patriarcado de Moscú de un libro del Papa Benedicto XVI en Moscú, que contiene algunos de los discursos más importantes del Papa dedicados a Europa.
En su libro, que contiene los discursos más importantes de Kirill I, recalca entre otras cosas que "tenemos una visión común con el Papa respecto a la protección de la dignidad del hombre en Europa." Por esta razón, escribe, la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa son las únicas "aliadas de forma natural" en la "dura batalla contra la ideología liberalista y secularista." Con una enorme coincidencia con el libro de Benedicto XVI, el libro de Kirill advierte a los cristianos de Oriente y de Occidente que no se conformen a la mentalidad de este siglo.
Nuevo diálogo cultural
Las relaciones catolicismo-ortodoxia están entrando en una "dimensión nueva" cuyas principales características es el fomento del "diálogo cultural" entre Oriente y Occidente. En un comentario dado a la prensa luego de su reunión de 45 minutos con el Cardenal Kasper en Roma, el Arzobispo Hilarión resaltó la importancia del arte y de la cultura para acercar a las dos Iglesias. Destacó que la cultura, el arte y la música son para servir de lenguaje común para el diálogo entre católicos y ortodoxos, y "con este lenguaje se pueden decir cosas que no se pueden decir con términos diplomáticos o políticos."
Agregó que en ambas Iglesias ha crecido la conciencia de que católicos u ortodoxos no son competidores sino "aliados." Dados los nuevos desafíos de la descristianización de Europa, el arzobispo expresó confianza en que esto conducirá a ambas iglesias a una cooperación mejor.
Hilarión también subrayó de cuanta reputación disfruta el Papa en Rusia. La elección del nuevo Papa no sólo fue muy bienvenida por la Iglesia Ortodoxa Rusa, dijo, además este Papa goza de la estima de los creyentes ortodoxos por su posición respecto a los problemas morales. Se le considera "un defensor verdadero de los principios cristianos." Hilarión puso énfasis, informó Radio Vaticano, en que el diálogo católico-ortodoxo ruso no debe sostenerse tan sólo entre teólogos, sino también entre los creyentes.
Desde este punto de vista, el Cardenal Kasper subrayó que con Hilarión como nuevo director del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado Ruso, no sólo se ha iniciado una "fase nueva," sino que las relaciones han adquirido una "dimensión" nueva. Recalcó que además del diálogo teológico, en particular el diálogo cultural entre las dos Iglesias tendrá un gran significado para el futuro. Los 1000 años de cisma, dijo, no se debieron tanto a una disputa teológica, sino más a una alienación cultural entre Oriente y Occidente.
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